Bien es cierto que hay jefes y jefes, pero la venganza de esta atrevida es entre divertido y algo desagradable. Aprovechaba que llevaba los cafés para escupir en el de su jefa. Esperemos que no sirva de ejemplo en ninguna otra empresa.
Por otro lado, otra atrevida reconocía pasar por alto algún que otro elemento sagrado, y es que cuando el hambre llama a la puerta, coges lo primero que está más a mano… Incluso hostias consagradas.
Si quieres escuchar más historias de nuestros atrevidos y atrevidas, quizá te interesen otras publicaciones de las que hemos hablado en www.cadenadial.com:
Miente a la policía con el embarazo de su madre para evitar una multa
Debate entre los atrevidos: ¿Usar el pijama para estar por casa o solo para dormir?
Un comercio genera debate por cobrar 15 euros en cada prueba de traje