Mira que nuestros padres hacen todo por nuestro bien… Y la última confesión que nos acerca Patricia Imaz lo demuestra. ¡Qué desagradable!
Esta pobre atrevida se escapaba siempre con sus amigos para bañarse en la que llamaban ellos «pequeña playa del pueblo».
Ellos se pensaban que era un pequeño río algo alejado de su pueblo, aunque años después ha descubierto lo que era en realidad: Allí acaban todos los residuos y basura del pueblo de al lado.
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Para colmo, esa misma oyente recuerda cómo, en otra escapada de fiesta, salió del local y se encontró con su padre en pijama esperando en la puerta. «Cogió el router y lo atropelló delante del mundo», añadía una atrevida, cuyo drama por aquel entonces era quedarse sin hablar por el mítico Messenger.