Nuevas confesiones llegan de nuestros atrevidos y atrevidas en el 628547133. Este relato que llega desde Zaragoza seguro que le suena a quienes tienen hermanos.
Con solo cinco años, aprovechaba que se quedaba a solas con su hermana para pegarse a sí misma y ponerse a gritar. Cuando su madre llegaba y veía los golpes, castigaba inmediatamente a su otra hija: «Le echaba broncas de tres pares de narices».
Pese a la preocupación, ha tardado en reconocérselo a su madre años: «Y aprovecho para mandarle un beso muy gordo a mi hermana». Ya claro, ahora…
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