La primera de ellas todavía sigue riéndose con el método de su sobrina para que le crecieran los pechos… Restregándose tocino. Desde que su madre le contó ese mito, ella no ha parado de hacerlo cada vez que había cocido.
Por otro lado, esta otra oyente deja claro su egoísmo al quedarse castigada sin poder ir a las fiestas del pueblo de al lado. ¿Qué hizo? «Chivarse» a la madre de una de sus amigas para que ella tampoco pudiera ir.
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