Y si nos vuelven  a confinar…¿una copita de vino hace daño o no?

Redacción Cadena Dial

¿Nos hemos pasado el vino durante la cuarentena? ¿y si nos confinan otra vez?

Qué nos vuelvan a confinar es algo que cada vez se encuentra más próximo, al menos en algunas ciudades como desde la que te escribo ahora mismo, Madrid. Primero fueron algunos barrios de la comunidad y todo indica, que próximamente seremos todos los que volvamos a intimidad de nuestros hogares.

 

Seguro que has escuchado en alguna ocasión el clásico dicho popular: “El ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra”.

Bueno, yo le tengo un poco más de fe, y para prevenir errores del pasado, he decidido compartir contigo este artículo.

Cuando acabó la cuarentena muchas personas me decían que iba a tener mucho trabajo (soy psicólogo y nutricionista),  y así ha sido. Son varias quienes tras el primer confinamiento se han descontrolado con la alimentación.

Algo llamativo que he encontrado, es que muchas de ellas han aumentado notablemente el consumo de alcohol, cuando antes de todo esto, apenas lo consumían o sí lo hacían era puntualmente en eventos sociales.

Por lo general, cuando he señalizado esto en consulta, la mayoría de mis pacientes no veían esto cómo un problema y es que ya se sabe: tomarse una copita de vino al día es bueno para la salud

 

 

El contra argumento que me he encontrado con más frecuencia cuando les preguntaba por esto, es el siguiente:

 

Si tomase una copita de vino al día… es bueno ¿no?. Y quién dice una, dice dos o tres.

 

Me llamo Alejandro Vera y hoy quiero analizar contigo que hay de cierto sobre esta afirmación. ¿Realmente es bueno tomar vino diariamente?

 

¿Por qué ha aumentado el consumo del alcohol?

 

Para serte del todo sincero, no he hecho un estudio en profundidad sobre esta cuestión, solamente puedo hablarte de lo que veo en mi día a día como terapeuta. Imagino qué, si varios de mis pacientes han tenido problemas con esto, no serán los únicos y que quizás, pueda servirte a ti también para recalcular ruta.

El motor más frecuente que les impulsaba a beber durante el confinamiento era el aburrimiento. Es cierto que para muchas personas la cuarentena se ha hecho larga y tediosa. Para aquellas que no han estado trabajando o que sus aficiones ocurrían en el exterior, estar en casa ha sido un auténtico letargo.

 

 

El momento de tomarse su tapa y la copita de vino, era seguramente el único escenario de placer y disfrute que ofrecía el día. El problema, es que lo que comenzó así, al final de la cuarentena podía haber deparado en acabarse la botella de una sentada.

Aunque pueda parecerlo, no me refiero a un problema de alcoholismo. Simplemente, muchas personas han desarrollado a causa del confinamiento, un nuevo hábito o costumbre que es poco saludable.

Defenderse del aburrimiento no es una tarea sencilla, pero tenemos que intentar buscar otros alicientes o reforzadores distintos a la comida.

No obstante, no todo ha sido el aburrimiento. Me ha sorprendido comprobar como la mayoría de personas cuando les preguntaba por esto, recurrían al argumento: “Tomar una copa de vino diaria…es bueno para el corazón…¿no?.

Y quién dice una, dice dos, porque la primera me la eché cortita…

 

¿El vino es bueno para la salud?

 

Hay cierta trampa en esta cuestión. Voy a tratar de explicártelo de manera sencilla para no enredar el asunto.

No son falsos los argumentos a favor de los beneficios del vino para la salud, al menos, no del todo. Uno de sus principales beneficios es un compuesto llamado resveratrol, al cual se le implican en varios procesos relacionados con el deterioro físico y el agotamiento crónico.

Además, el vino tinto, gracias a la piel de la uva, es rico en un compuesto fenólico llamado flavonoide. Nuestro organismo no es capaz de producirlos por sí sólo, de modo que necesitamos recurrir a la alimentación si queremos aprovecharnos de sus beneficios.

¿Para qué sirven? Los flavonoides son un potente reductor del estrés oxidativo y son la razón por la que suele decirse que el vino es bueno para prevenir enfermedades cardiovasculares.

Explicado de este modo, todo apunta a qué efectivamente el vino es bueno para la salud. Sin embargo, esto no es cierto del todo.

 

La razón por la que se cae el mito

 

Aunque ya hemos reconocido que efectivamente el vino tiene algunas propiedades saludables, este sigue sin ser un alimento que deberíamos incluir de forma asidua en nuestro plan de alimentación semanal.

Te pondré un ejemplo para que lo entiendas mejor: la miel. De la miel también suele decirse que tiene nutrientes muy buenos para la salud, y esto tampoco es falso. Sin embargo, la composición de la miel es en un 80% azúcar.

Dicho de otro modo, ¿cuánto azúcar vamos a tener que consumir para poder aprovechar los beneficios de la miel?

Con el vino  pasa algo muy parecido, y es que el alcohol, como seguramente sabrás, no se le puede considerar un alimento. Su valor nutricional es cero patatero, razón por la que se le considera como portador de calorías vacías.

 

 

De esta manera, cuando nos ponemos una copa de vino, no solamente nos estamos poniendo flavonoides o algunos de sus nutrientes, si no que también, un montón de calorías que no van a ningún sitio. Bueno, sí, a aumentar nuestro peso corporal.

Bajo mi punto de vista y el de la mayoría de nutricionistas, el vino no se puede considerar un alimento saludable, en el sentido de ser recomendado en cualquier dieta. La razón es sencilla, existen muchos otros alimentos que con mucho menos, aportan mucho más. Por ejemplo, la soja es rica es isoflavonoides.

 

 

Conclusiones:

 

No desmentimos el hecho de que el vino cuente con propiedades que pueden ser positivas para la salud, sin embargo, esto no quiere decir que sea un alimento recomendable en nuestras dietas.

Tampoco se trata de vetarlo, simplemente de no hacer un abuso de él y que realmente sepamos lo que estamos haciendo.

Ante la expectativa de un nuevo confinamiento, sería recomendable moderar su consumo y encontrar otras fuentes de placer alternativas.