Hace ya cinco meses que lidiamos con el coronavirus entre nuestras fronteras. Este virus nos ha mantenido confinados durante tres de ellos y, llegado el verano, hemos tenido que aprender a convivir con él.
Mascarillas, guantes y geles desinfectantes se han convertido en complementos esenciales en nuestro día a día, pero aún así el virus ha logrado expandirse. Prueba de ello son los casi 600 brotes activos en nuestro país que mantienen viva la alerta de la pandemia y hacen a los ciudadanos plantearse una duda: ¿volveremos a vivir un confinamiento masivo?
Los expertos opinan ante esta cuestión y parece que un confinamiento como el que hemos vivido esta primavera está lejos de repetirse y varias son las razones.
«Hoy pensamos que no sería necesario y que lo importante es intentar evitarlo al máximo por las consecuencias económicas y en la salud mental, y porque dejan de prestarse servicios básicos de salud«, expresaba María Neira, directora de Salud Pública y Medioambiental de la OMS, en una entrevista con EFE.
«Hay muchos lugares en el país donde la situación se ha podido controlar«, añade esta poniendo como ejemplos a las islas, Asturias o Galicia. Con la llegada de la nueva normalidad el gobierno central cedió el poder de actuación a los gobiernos autonómicos, con la intención de que cada comunidad actúe en función de la situación o los focos activos que se tengan.
Esto ha hecho que se hayan llevado a cabo en España confinamientos selectivos con el fin de controlar los brotes y evitar que estos se propaguen más.
Aún así, los profesionales epidemiológicos no hablan de una segunda ola al no existir una transmisión comunitaria que se escape del control. Por ello, hablan más bien de una situación de crisis.
Se habla de España como uno de los países con la pandemia más descontrolada en verano, un hecho que la propia Neira justifica con el aumento de la capacidad en nuestro país para realizar pruebas PCR que permiten actuar con tiempo. Esto explica también que una gran parte de los contagiados sean personas asintomáticas.
Una de las principales razones por las que se intenta evitar un nuevo confinamiento masivo es por las consecuencias devastadoras que la situación tendría en nuestra economía.
«Hay que hacer todo lo posible para evitar ese tipo de confinamientos masivos porque son medidas muy dolorosas, con consecuencias muy fuertes«, declara María Neira. Sin embargo, no se puede descartar esta medida, a la cual se tendría que recurrir de nuevo en un caso excepcional, si la situación se descontrolara por completo.
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