Este tipo de pensamientos son nuestros mayores enemigos. Algunas personas se obsesionan con tener pareja. Creen que la solución está en buscarla desesperadamente, como cuando perdíamos el mando de la televisión y nuestra madre nos decía: “¿a que voy yo y lo encuentro?”. Pero no podemos encontrar pareja por arte de magia ni buscarla como un fin en sí misma. Entonces, ¿cómo podemos cambiar el chip?
Tenemos que ser felices por tener pareja en vez de tener pareja para ser felices. Una relación no nos completa; nos complementa. Hay que enfocar la vida como personas independientes y autosuficientes. De lo contrario, caeríamos en la dependencia emocional si tenemos pareja o en la desesperación si no la tenemos.
Las relaciones van y vienen, pero nuestros familiares y amigos nos acompañarán toda la vida. El amor se manifiesta de muchas formas, y todas son igual de importantes.
Cuando nuestra mayor preocupación es encontrar pareja, solemos pensar que si nadie se fija en nosotros es porque algo falla en nuestro físico o en nuestra personalidad. Pero la explicación es mucho más sencilla: simplemente no ha surgido o no nos hemos dado cuenta. A veces las cosas más importantes ocurren cuando menos las buscamos, por eso es fundamental no forzarlas y no sugestionarnos.
Haz una lista de las cosas y las personas que forman parte de tu vida y te darás cuenta de que la función de una pareja sería simplemente compartirlas contigo.
Que no se te olvide: podemos ser felices estando solteros… ¡Y comer perdices!