En el Día Mundial de los Docentes debíamos reservar una gran parte de nuestro programa a todos ellos y ellas. Porque con sus manías y sus formas de enseñar, han logrado la mayoría tener un hueco importante en nosotros.
Ante esta cuestión, Gema ha pensado rápidamente en la señorita Carmen de Lengua, una maestra cuyo truco para que no hablara en clase es permitírselo cuando hubiera gastado la tiza. Otra alternativa interesante, esta vez para la puntualidad, la tenía Don Aurelio para nuestro atrevido Manolo. La próxima vez se pensará ir tan apretado de tiempo…
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¿Te has enamorado de algún profesor? Parece que Vero sí porque, tal y como nos confiesa, acabó casándose con su maestro de módulo. A quién sí le costó más enamorarse -en otros términos- fue a Paloma con Leopoldo: «El primer día que lo vi me puse a llorar porque era bastante ‘feíllo«, nos apuntaba la atrevida, antes de descubrir que fue uno de los mejores maestros que tuvo en la EGB.