Párate a pensar… ¿sabes que utilizaban nuestras antepasadas antes de que inventaran las compresas o tampones para recoger la sangre menstrual?
Y no hace falta viajar en el tiempo siglos. Basta recordar que nuestras madres usaban paños en esos días en los que la biología nos hace sentir algo más sucias.
Las mujeres de las civilizaciones antiguas, las egipcias por poner un ejemplo, utilizaban papiro y hierbas para elaborar los primeros tampones. Las romanas utilizaron algodón y lana. Nuestras abuelas se ponían un trapo viejo y las más modernas utilizaban la esponja menstrual.
Todos los cambios al principio generan un poco de rechazo. Pasa con todo. La costumbre y los hábitos se apoderan de nosotros y hace que nos neguemos a probar nuevas opciones. La llegada de la copa menstrual ha revolucionado el mercado de la higiene femenina, y es que se presenta como una alternativa a las compresas y tampones durante el periodo menstrual.
¿Aún no has oído hablar de ella? Te contamos las ventajas y los inconvenientes de su uso. Después dependerá de ti animarte a probarla o continuar utilizando los productos que te han acompañado siempre y con los que ya te sientes cómoda. ¡Es tu decisión!
Antes de saber sus ventajas e inconvenientes, debes conocer el utensilio del que estamos hablando. Se trata de un pequeño producto de silicona con forma de embudo, que se coloca en la vagina y acumula los residuos del periodo menstrual. Es reutilizable, por lo que no hace la misma función que un tampón. Sin embargo, requiere de un mayor cuidado de la higiene.
Te contamos sus ventajas e inconvenientes por si estás dudando en lanzarte o no a probarla.
– Económica: el precio de una copa menstrual ronda entre los 10 y los 25 euros. Sin embargo, resulta toda una inversión, ya que al tratarse de un producto reutilizable, te ahorrarías todo lo que gastas en otros productos desechables de higiene femenina como son las compresas o los tampones.
– Ecológica: al ser reutilizable no solo estamos ayudando a nuestro bolsillo, sino también al medio ambiente. Con la copa menstrual estaríamos evitando la cantidad de plástico que envuelven al resto de alternativas. Cada vez estamos más concienciados sobre el cuidado del planeta, por lo que es un factor a tener en cuenta.
– Higiénica: como el tampón, los residuos quedan en el interior, por lo que evitamos así los malos olores. A diferencia de este, la copa menstrual no hace la función de tapón absorbente, sino que acumula todos los residuos en su cavidad.
– Cómoda: la copa menstrual es una opción cómoda, no notarás que la llevas puesta. Además, no produce daños ni desgarros internos dado a su flexible material.
– Practicidad: seguro que lo has pensado, ¿y qué hago si estoy en un sitio público? La copa menstrual debe vaciarse cada cierto tiempo, y antes de volver a colocarla debemos lavarla. Si estás en un baño público, es toda una faena tener que salir del baño y lavar tu copa menstrual en los lavabos comunes.
– Mayor cuidado de la higiene: que se trate de un producto reutilizable tiene sus inconvenientes, y es que hace que haya que tener un mayor cuidado. No solo hay que lavarla cada vez que nos la quitemos y antes de volver a colocarla, sino que debemos encargarnos de esterilizarla antes de usarla cada mes. Y eso requiere tiempo y atención.
– Cuesta hacerse a ella: Una vez le cojas el truco, no te resultará nada difícil. Pero nadie dijo que los comienzos fueran fáciles. Al principio puede resultar un poco complicado e incluso puedes llegar a mancharte las manos.
– ¿Cuál es mi talla?: Una copa menstrual puede durar mucho tiempo. Sin embargo, las tallas van en función de la etapa de la mujer. Cambian mucho según la edad, la constitución física o si la mujer en cuestión ha tenido algún parto natural.