Ahora un grupo de prestigiosos científicos estadounidenses pide a los ciudadanos que adopte una sencilla medida más que va a ayudar a evitar más contagios: control de la humedad relativa.
Se trata de la cantidad de vapor de agua que hay realmente en el aire en comparación con la cantidad que puede contener.
“Piense en ello como una esponja: al 100%, la esponja está totalmente empapada; al 50%, contiene la mitad de agua. El aire más cálido puede contener más vapor de agua; es como una esponja más grande”, explicaban.
Segú la OMS “la baja humedad favorece la supervivencia del virus en las superficies, pero la humedad muy alta también podría favorecer la circulación de las gotitas respiratorias, permitiéndoles que se queden suspendidas en el aire”.
Los profesores han publicado un artículo en el Washington Post en el que animan a los ciudadanos a mantener esa humedad relativa entre un 40 y un 60%.
En invierno el interior de nuestra casa, al calentar el ambiente este se vuelve más seco, alcanzando el 20 por ciento de humedad, algo muy por debajo del 40/60 por ciento óptimo.
Algo que si está demostrado es que otros virus se descomponen más rápido en este rango de humedad, aunque no se sabe la razón de esto.
Controlar la humedad relativa en edificios públicos y comerciales es complicado pero insisten en que cada uno en casa si puede poner un humidificador que aumente la humedad relativa de la habitación.
Se ha comprobado que en el caso de la gripe el uso de este tipo de aparatos provoca hasta un 30 por ciento menos de supervivencia del virus de la gripe.
Otra razón más para controlar la humedad relativa tiene que ver con las gotitas que contienen el virus, el aire seco influye en la distancia a la que pueden viajar estas por el aire y el tiempo que pueden permanecer en él.
Según un estudio publicado por un grupo de científicos de la Universidad de Missouri, el aire húmedo puede alargar la vida útil del virus hasta 23 veces más para gotas medianas.
La humedad afecta el destino de las gotas, ya que el aire seco puede acelerar la evaporación natural.