Sí, como lees. Aunque no es la primera vacuna que se ha centrado en esta forma de administración, sí que ha sorprendido la capacidad de plantearla en tiempo récord.
Los procesos de investigación, registro y distribución de vacunas son, por lo general, mucho más lentos, pero este 2020 nos ha apretado las cuerdas a todos, y la comunidad científica ha demostrado estar a la altura trabajando constantemente para dar con el fármaco que erradique el virus.
La revista científica Cell compartía recientemente los resultados de esta nueva vacuna, tal y como publicaba el medio The Conversation. Además, compartían el proceso científico que se había llevado a cabo durante la investigación.
Las científicas María Mercedes Jiménez Sarmiento, Matilde Cañelles López y Nuria Eugenia Campillo lo explicaban así: «Normalmente, las células T (linfocitos) circulan por la sangre y la linfa. Sin embargo, cuando el organismo produce células T en respuesta a una infección, pueden convertirse en células T ‘de memoria’. Algunas abandonan la sangre y se localizan en los órganos que potencialmente pueden ser atacados por esa infección en forma de células T ‘residentes’«.
Así, estas células se instalan en las mucosas de órganos como los pulmones (cuando se trata de virus respiratorios), listas para combatir la infección.
En la misma investigación que se hizo con la vacuna en roedores se llevaron a cabo dos escenarios. Uno en el que a estos roedores se les administraba la dosis a través de la inyección y otro en el que se hacía vía nasal.
En este segundo escenario se produjo la llamada «inmunidad de mucosa«, la cual puede resultar más protectora en cuanto a virus respiratorios. Además, determinaron que este método de administrar la vacuna podría reducir la rápida propagación del virus, tal y como detallan las científicas en el artículo mencionado anteriormente.
Uno de los asuntos que mantienen en vilo a los ciudadanos de todo el mundo es saber en qué punto se encuentra cada una de las vacunas que se están llevando a cabo. En este ámbito, esta no es la más esperanzadora, pues es una de las que más retraso lleva. No obstante, la comunidad científica deposita grandes esperanzas en ella para resultar efectiva y segura a largo plazo.