Con la primera oyente, había que llamarla la atención después de protestar por los filtros hace escasos diez minutos. Ella, que negaba haberse quejado porque ni siquiera tiene aire acondicionado, tenía que dar explicaciones ahora a nuestro compañero.
Como no conseguía que Isidro Montalvo lo entendiese, optó por la vía rápida: colgar. Algo que le costó a hacer a esta segunda atrevida, bastante molesta con esta desconocida llamada. «¡Que te calles! ¡Que no estás llamando donde debes!».