El confinamiento comienza a pasarnos factura y esto se manifiesta a través del insomnio, las pesadillas o las sensaciones de angustia y estrés. La condensación del aire juega un papel fundamental en este terreno, y es que al pasar tantos días encerrados en casa (y por mucho que tratemos de ventilarla) el aire se condensa y el que terminamos respirando no es el más adecuado.
Nunca la expresión «cambiar de aires» fue tan necesaria como ahora, cuando el de nuestro hogar empieza a resultarnos denso. Ante esta situación, algunos son los que se han refugiado en un humidificador que mantenga la humedad adecuada en el ambiente.
Y no solo eso, sino que limpiando el aire estos aparatos consiguen importantes beneficios que estos días echamos en falta, como el dormir bien o incluso aliviar la sensación de ansiedad que nace del encierro.
Estos aparatos, muy frecuentes en hogares con bebés (el humidificador no suele fallar en los regalos a mamás primerizas), se encargan de mantener la humedad en el aire expulsando vapor en frío, lo que ayuda a los más pequeños a evitar la tos o las mucosidades. Sin embargo, estos no solo tienen beneficio en los bebés, sino también en los adultos.
Los expertos recomiendan que los niveles de humedad en una estancia sean del 30 al 50%. Cuando baja de estos parámetros, la sequedad del ambiente nos puede producir problemas en las vías respiratorias (que pueden ser causa, por ejemplo, de los ronquidos) o incluso irritaciones en la piel, lo que puede ser ya un problema de por sí para conciliar el sueño.
Sin embargo, esta situación que estamos viviendo ha agravado los problemas de insomnio y, aunque cueste creerlo, el aire del ambiente tiene mucho que ver.
Si fueran pocos los beneficios que se obtienen de tener un humidificador en casa, son un arma contra los catarros y las gripes, y también contra las alergias primaverales. Esto se debe a que los virus y las bacterias tienen más complicado viajar por un ambiente húmedo. Un estudio concluyó que en un ambiente con una humedad del 40% los virus perdían su fuerza contagiosa y les resultaba más complicado causarnos daño.
Si te preocupa que pueda resultar un estorbo o que consuma mucha luz, antes de hacerte con uno valora la oferta, los hay pequeños y que pueden pasar desapercibidos como un elemento de decoración más. En cuanto al gasto, su consumo es muy bajo (entre 13 y 30 W).
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