Entrenamiento y seguridad se juntan en el remedio que ha tenido este hombre en Gijón para acudir cada día a su puesto de trabajo. Nos lo acerca Patricia Imaz:
A sus 46 años, tira de su traje de neopreno cada mañana para recorrerse unos cuantos kilómetros a mar abierto y llegar a su puesto de trabajo. «Es una manera de mantener la distancia y, de paso, aprovechar el entrenamiento», comentaba el protagonista de la historia.
Lo peligroso es que trabaja en una tienda de electrodomésticos y no creemos que todo lo que vende se lleve demasiado bien con una persona mojada.
A su padre, dueño de la tienda, no le hace especial gracia por los riesgos que supone nadar en el mar cada mañana. A fin de cuentas, como le pille un día con la marea complicada…
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