Estas han tenido un 20% más de fatiga mental y un 16% de estrés en relación a los hombres, y todo ello se debe a que sigue recayendo en ellas el cuidado de personas dependientes e hijos. Por si fuera poco, los datos se incrementan cuando hablamos de madres solteras, que inevitablemente deben conciliar el trabajo con el cuidado de los niños.
Aunque a estas alturas hay parejas heterosexuales que se reparten las tareas del hogar y el cuidado de los hijos, lo cierto es que mayoritariamente siguen siendo tareas que llevan a cabo las mujeres.
Prueba de ello es el propio estudio, que revela que los hombres han dedicado un 15% menos de su tiempo al cuidado de niños. Aun así, el hecho de tener a sus hijos en casa a ellos les ha afectado un 10% más en el trabajo.
Esta fatiga mental y estrés que han experimentado ellas se traduce laboralmente en una disminución de la concentración, incapacidad para desconectar una vez termina la jornada y mayor cansancio durante el día, que van arrastrando hasta la noche.
El análisis también ha puesto atención a otros aspectos, como la inseguridad que han sufrido el 42% de las mujeres al trabajar desde casa, por el temor a perder el empleo o no poder encontrar uno similar tras la situación del coronavirus.