Así lo ha afirmado un reciente estudio elaborado por psicólogos de la Marist College y la Massachusetts College of Liberal Arts. Ellos aseguran que las personas que dicen palabrotas e insultos con más frecuencia, son realmente más inteligentes que los demás.
Habituados a considerarles como gente grosera o maleducada, ahora resulta que es todo lo contrario. Y lo han averiguado con este original método: Pidiendo a 43 personas que dijeran todos los tacos posibles en 60 segundos… Y justo después palabras relacionadas con comida y animales, también en un minuto.