No desesperes, tienen remedio. Lo primero es recordar que si tu can aún es un cachorro, no estaría de más que pusieses ya en práctica los trucos que te vamos a relatar a continuación.
¡Se acabaron las rabietas!
Existen dos reglas básicas para controlar estos arrebatos de nuestros amigos caninos. La primera es tan sencilla como práctica y consiste en pararse cuando notemos que el perro está tirando de más.
Frenarse en seco y reanudar la marcha únicamente cuando se calme del todo. Este truco no suele fallar nunca.
Por otro lado está la opción de realizar un giro súbito de 180 grados. Esta técnica de cambiar la dirección puede ser muy útil, sobre todo en razas grandes y fuertes.
El resultado que buscamos es que el perro se acompase a nuestra nueva marcha, rompiendo la dinámica anterior.
Por último recordaros que es importante llevar algún tipo de premio o chuche para cuando cambien sus conductas. Si con las anteriores técnicas no encuentras soluciones, puedes probar con un arnés antitirones.