Quizá te hayas dado cuenta de que cierta persona en tu trabajo no te quita ojo. Si bien este tipo de relaciones han de ser vividas con cierta prudencia, tampoco pasa nada por ser protagonista de una tensión sexual no resuelta que termine en algo o en nada. Lo importante es explorar tus sentimientos y, sobre todo, darte cuenta de si esa persona quiere tener una relación más intensa contigo.
Antes de que se declare, especialmente si no se caracteriza por su valentía, es más que probable que, como hiciera Pulgarcito, vaya dejándote señales para que no te pierdas. Si el despiste es el eje sobre el que gira tu existencia, ojo al parche y observa si el paciente presenta los siguientes síntomas:
– Te mira fijamente. Parece que quiera hipnotizarte y no le llamó la atención ni el meteorito que cayó justo al lado de tu trabajo, ni que tu jefe le llamase la atención por estar todo el día en Babia.
– Intenta acercarse a ti y rozarte ligeramente. Tu espacio personal no tiene validez alguna. Con cualquier excusa te toca y te hace algún comentario sobre tu indumentaria o sobre tu pelo.
– Sonríe de forma habitual cuando le miras. Es lo que tiene el amor. Y eso que esta mañana te han confirmado que tu peluquero está en busca y captura y la multa que le pusieron al que te vendió la camiseta que llevas puesta. Pero nada, la sonrisa boba no se le quita de la cara así vayas en chándal.
– No te falta de nada. Ahora un cafelito, luego un paquete de patatas fritas, una botellita de agua, un masajista particular, un cocinero que te prepara una paella y todo tipo de atenciones convertirán tu mesa en un mercadillo lleno de atenciones para que te sea más llevadera la jornada.
– Nunca habla del trabajo. La cosa puede empezar preguntándote algo sin importancia, pero, poco a poco, irá aumentando la intensidad hasta intentar conocer detalles más personales.
Si has observado todo lo anterior y no quieres pasar a mayores, ten vergüenza y deja bien clara tu postura. Sin embargo, si te dejas querer es más que probable que:
– Intente quedarse a solas contigo. O llegará a la misma hora que tú o se irá más tarde cuando así lo hagas. La idea es buscar cierta intimidad para poner en práctica el siguiente apartado.
– Te invite a tomar algo. Es la pregunta del millón y en la que se juega el todo por el todo. Tomarse un café no significa nada, pero el primer encuentro fuera del trabajo bien puede ser el correcto indicador de lo que venga después.
Si te agrada la propuesta y lo tienes claro: adelante. Eso sí, recuerda que este tipo de relaciones se terminan sabiendo y que suelen ser bastante problemáticas en según que empresas. En este último caso, apuesta por la discreción si no quieres tener problemas laborales.
Por lo demás, el amor puede surgir en cualquier parte, por lo que aprovechar la ocasión puede ayudarte a trabajar con energías renovadas y a volver a sentir el amor. Solo por este motivo, es posible que te merezca la pena intentarlo con esa persona que bebe los vientos, ¡qué cursilada!, por ti.
Así que, ya sabes, tírate a la piscina, dale cuartelillo y conoce a esa persona fuera del entorno laboral. ¡Igual te sorprende y consigue convertirse en la pareja que siempre quisiste tener! ¿Te animas a probar?
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