Con numerosos premios internacionales, nuestra compañera empieza hablando de los «quesos sudados» y esa falsa creencia de que a altas temperaturas están más ricos. ¡Es lo contrario! El calor hace perder su grasa natural y su sabor y textura se ven modificados. Por ello, los expertos aconsejan sacarlo del frigorífico solo 20-30 minutos antes de comérnoslo.
Para los intolerantes a la lactosa, bienvenidos al placer de tomarse un buen queso manchego. Al fermentarse, pierde toda su lactosa y pasa a tener ácido láctico. Y no dudes en juntarlo con cualquier tipo de vino; los que te hacen creer que solo «marida» con el vino tinto… Solo te están contando otro mito.