La casualidad hizo que la actual pareja de Fátima fuera uno de los mejores amigos de su expareja, con el que no acabó demasiado bien. De hecho, no dudó en tirar a la basura una sudadera que se quedó de él… Aunque más tarde descubrió que le pertenecía a su novio de ahora.
Hay atrevidas que lo desechan y otras como Raquel que aprovecha y hace negocio. Se ganó 300 euros después de vender las alianzas de novia y de casa, dinero que más tarde utilizó para la contribución del piso.
Además de estos y otros casos como Fernando, que asegura no guardar nada, sí hay exparejas que prefieren quedarse con recuerdos… ¡E hijos! Eso hizo durante mucho tiempo el pequeño de Virginia con las alianzas de la boda de sus padres.