En época veraniega, muchos padres y muchas madres se enfrentan a un habitual miedo de los más peques al mar o al agua. ¿Quieres saber cómo enfrentarte a ese miedo?
Los adultos ya asumimos que los miedos son irracionales y simples creaciones de nuestra mente. En cambio, ellos y ellas los consideran totalmente reales, por tanto, no servirá de nada insistirles y repetirles que el agua no les va a tragar.
Tampoco ayudará que les ridiculicemos, les regañemos o montemos cualquier tipo de «follón«. Como señala nuestra especialista, habrá que armarse de paciencia y seguir minuciosamente cada paso para que progresivamente se vaya animando.
En este plan que establece Rocío Ramos-Paul, empezamos el primer día dejándole que juegue en la arena, a la distancia que él elija. Días después, toca atreverse con la orilla y pedirle que se quede allí 20 segundos. Puede que sean más si ve a otros niños hacer castillos de arena y divirtiéndose.
Esos 20 segundos en la orilla serán, en el paso siguiente, 20 segundos dejando que el agua le moje los pies. Así, sin dar pasos de gigante, lograremos que nuestro peque acabe el verano descubriendo que «el mar es un sitio maravilloso y donde uno se lo pasa estupendamente».
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