La falta de rutina, de un espacio de trabajo estable o de horarios estrictamente delimitados pueden hacernos perder la noción de la realidad y cruzar los límites de la autoexigencia.
Mi nombre es Alejandro y hoy quiero hablarte sobre la adicción al trabajo. Si tú también teletrabajas o estás pensando en hacerlo, en este artículo te voy a contar cuáles son las consecuencias psicológicas y sociales de trabajar desde casa, y cómo puedes evitarlas.
En España, el teletrabajo nunca ha sido la forma de empleo más extendida. Ahora, el empleo a distancia ha aumentado en más de un 30%, permitiendo a muchas empresas, administraciones públicas y autónomos rendir con normalidad.
En la otra cara de la moneda nos encontramos con el impacto que ha tenido este cambio en los trabajadores. Ya teníamos claro que una jornada de trabajo completa representa un tercio de nuestro día, pero ¿Cuánto tiempo dura una jornada de teletrabajo?
En un espacio fuera de rutinas, jefes y etiquetas como suele ser nuestra propia casa, suele ser inevitable confundir límites entre qué es nuestro trabajo y qué es nuestro espacio personal. Especialmente para quienes nunca han tenido muy clara la diferencia.
Una frase que he escuchado más de una vez en consulta, y especialmente entre perfiles emprendedores, es ‘’Mi trabajo es mi mayor ocio’’
Muchos trabajadores ven su empleo simplemente como un medio cualquiera con el que ganarse el sustento; sin embargo, muchos otros, viven su trabajo como su principal fuente de satisfacción personal y autorrealización.
Que te apasione tu trabajo no es en absoluto algo malo. El problema empieza cuando, más allá de la pasión, estás perdiendo la noción de tu espacio personal y relegando tu vida familiar y privada a un segundo plano.
Es en este segundo caso donde hablamos de adicción al trabajo.
Aunque no soy muy fan de las etiquetas, es común utilizar los términos workaholic o trabajólico para aquellas personas que no ponen una barrera firme entre su vida y su trabajo.
Las personas con tendencia a ser autoexigentes suelen pensar que tienen el don de la productividad: donde los demás ven un problema, ellos ven una pasión desmedida por su profesión.
El perfil del adicto al trabajo suele ser el de alguien ambicioso y perfeccionista, lo cual es también la principal razón por la que estas personas no consiguen desconectar. Desde la psicología del color, podríamos decir que tienden a verlo todo o blanco o negro.
Detrás de una autoexigencia desproporcional suelen esconderse miedos, inseguridades y una fuerte ansiedad, que se alimenta de la falsa sensación de desahogo que produce el trabajo.
Aunque el teletrabajo no es el enemigo, tampoco es el mejor amigo de un workaholic. Trabajar desde casa hace que estos límites tan importantes de marcar, puedan pasar aún más desapercibidos.
Trabajar de manera remota no es malo ni bueno: dependerá de cómo nos organicemos para sacarle el máximo partido a esta forma de empleo.
Si nos encontramos en una situación que nos obliga a trabajar desde casa, deberemos marcarnos reglas que nos hagan mantener una rutina estable, tanto con nuestro trabajo como con nuestra vida personal.
Estas son algunas pautas que podemos seguir para tener una jornada de teletrabajo más sana.
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No quiero que te quedes con la sensación de que trabajar desde casa no es sano. Es importante distinguir cada contexto y sobre todo, entender que entre el trabajo y la vida personal, debe haber límites.
Tal y como yo lo veo, cualquier forma de trabajo tiene riesgos y ventajas. Aquí la clave está en cuidarse, y ahora que sabes cómo puedes inclinar la balanza hacia tu lado.