Las medusas siempre están ahí. Juegan a camuflarse, pero nos acechan y nos estudian hasta encontrar nuestro punto débil. En cuanto nos despistamos… ¡Zas! Picotazo que te crió.
Estos desagradables seres dejan su veneno guardadito en diferentes células que quedan adheridas a nuestra piel y provocan una reacción bastante dolorosa. No suele ser especialmente grave, pero sí es algo incómodo y una experiencia que no querrás repetir.
El principal consejo si veraneas en un área con afluencia de medusas es simple: ¡huye, insensato! Pero en caso de que sea tarde y ya te hayas llevado el beso de una medusa, quizás estos consejos puedan ayudarte.
Si te pica una medusa, atento a estos consejos definitivos. ¡Ni se te ocurra usar la orina! Aunque venga una y otra vez a tu mente la solución de Chandler en aquel famoso capítulo de Friends.
Antes de nada, que no cunda el pánico. Puedes sentir mucho dolor pero tranquil@, que se va a pasar. Sal del agua e intenta retirar cualquier tentáculo que se haya podido quedar pegado. ¡No lo hagas con las manos!
Vacía la botella de agua que llevas a la playa y acércate a la orilla para llenarla con agua salada. Termina de limpiar toda la zona, pero nunca lo hagas con agua dulce ¡activará de nuevo el veneno que tengas inyectado!
De la orilla y el agua salada, pásate por el chiringuito de tu playa. Coge una bolsa y llénala con hielos para aplicarte en la zona. El alivio será inmediato, pero no te pases. Con cinco o diez minutos será más que suficiente.
Cuando vuelvas de la playa, mira si tienes alguna pomada con cortisona. En dos o tres días de tratamiento debería irse el problema. Si no soportas el dolor o no se te va la hinchazón, ¡acude a tu médico sin pensarlo!
Con estos sencillos consejos el picor te durará mucho menos y podrás volver a disfrutar tanto como quieras ¡Al agua patos!