Si empiezas a tener dolor de cabeza o apatía quizá te falte Vitamina D ¡así puedes obtenerla durante el aislamiento!

Estos son los síntomas que avisan de su carencia

Nuria Serena

Es habitual que las personas que deben permanecer la mayor parte del día en zonas interiores bien por trabajo o porque empiezan a disminuir las horas de exposición solar pueden sufrir deficiencia de vitamina D. 

La vitamina D es muy importante para nuestro organismo ya que cumple hasta sesenta funciones diferentes. Además de fijar el calcio en los huesos, es esencial para mantener el sistema inmunitario en buenas condiciones.

Por ejemplo, una carencia de vitamina D nos hace más vulnerables ante alergias, gripes, enfermedades autoinmunes, cáncer, etc.

Pero aún hay más ya que la falta de este tipo de vitamina se asocia al insomnio, la falta de concentración, el decaimiento, los dolores de cabeza y migrañas, fibromialgia…

Ya ves, la Vitamina D es más importante de lo que crees y de cara al otoño y el invierno empieces a advertir su carencia.

¿Cuáles son los niveles óptimos de Vitamina D?

Todos los expertos apuntan a que un nivel idóneo de este metabolito puede encontrarse entre los 40-70 ng/ml.

Y lo creas o no, no es fácil conseguirlos. De hecho son muchas las personas que ignoran que están por debajo del mismo.

 

¿Cómo puedes conseguirlos?

 

Para poder sintetizar en la piel esos niveles de Vitamina (alrededor de 15.000 UI) debemos exponernos al sol a diario sin protección durante 20 a 60 minutos en función de la hora del día, la estación del año, la latitud en la que vivamos, el tipo de piel y la superficie del cuerpo expuesta.

Si no es posible esta exposición habría que ingerir alimentos que contengan vitamina D o un suplemento.

 

¿Es efectivo que nos expongamos al sol detrás del cristal de la ventana de nuestra casa?

Vamos a darte una mala noticia, no. Y hay una razón, la radiación que ayuda al cuerpo a sintetizar la Vitamina D para que se fije en los huesos el calcio y los proteja, la ultravioleta tipo B (UVB), se queda detrás del cristal, no impacta en nuestra piel.

La solución pasa por exponernos al sol pero con la ventana abierta, para que los rayos puedan penetrar en nuestra piel de forma natural. Unos 20 minutos al día, en estas circunstancias que nos ha tocado vivir, serían suficientes. Ya recargaremos pilas cuando podamos salir libremente a la calle.

Fuentes de Vitamina D

Recuerda que estos días, deben abundar en tu dieta estos alimentos:

  • Pescados grasos: son la mejor opción. El atún, la caballa y el salmón contienen grandes cantidades de vitamina D.
  • Aceites de hígado de pescado, leche, huevos y mantequilla.

 

  • Carnes.
  • Champiñones.

 

 

 

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