A veces el único camino hacia la felicidad es vivir en la ignorancia y en la intimidad, fuera de los focos. Shaila Dúrcal escogió este camino hace veinte años cuando se fue a vivir a América con Dorio Ferreira, asentando su vida en varios lugares como México, Los Ángeles o Houston.
Hoy vuelve a Madrid de forma oficial tanto con su marido como con la hija de ésta, Aitana, a la que quiere como si fuera suya.
Un regreso que viene acompañado de confesiones: la pérdida de su madre, el accidente del famoso dedo…
La artista madrileña lo ha querido contar todo en un reportaje de la revista Hola y desde luego, podemos afirmar que se encuentra en un gran momento personal tras años de cicatrizar heridas.
Cuando se supo del accidente que había sufrido Shaila con su dedo hace dos años, no recibimos muchos detalles al respecto.
Hoy ya sabemos que todo se debió a un episodio traumático con sus pastores alemanes: “Me lo cortó uno de mis pastores alemanes al tratar de separarlos cuando se estaban peleando”, confesaba la hija de Rocío Dúrcal.
En relación a la ausencia de sus padres la cantante quiso abrir su corazón al respecto, asegurando que el vacío sigue doliendo: «La muerte de mi mami me afectó mucho. Cada día es una batalla diferente y los hay mejores y otros, fatales, porque la depresión no se va nunca y tienes que trabajar en ello diariamente».
Quien haya sufrido pérdidas importantes, podrá identificarse con sus palabras. Lo importante es que está de vuelta y feliz de empezar una nueva etapa en su vida.
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