Aunque la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) registra y evalúa todos los productos cosméticos antes y después de lanzarse al mercado, existe un cierto número de casos de efectos no deseados por los mismos que se deben a un uso inadecuado por parte de los consumidores.
Antes de su salida a la venta, los productos cosméticos son sometidos a una evaluación de la seguridad para la salud humana. Se tienen varios parámetros en cuenta:
-el perfil toxicológico de cada uno de los ingredientes
-el modo de aplicación
-la información del etiquetado
-y el sector poblacional al que va destinado
Por esa razón, el gobierno ha lanzado unas pautas generales de seguridad a través de la mencionada AEMPS, para así evitar en la medida de lo posible cualquier intoxicación o reacción adversa en nuestra piel.
Así pues, recordemos las causas de riesgo más frecuentes cuando usamos cosméticos y que deberías eliminar de tu rutina inmediatamente.
Éstas pasan por no seguir el modo de empleo indicado en el etiquetado, o usar el producto para fines distintos a los establecidos por el fabricante, por ejemplo.
A veces se mezclan los productos con agua, con el fin de aumentar su tamaño y ahorrar algo de dinero… ¡Mal! Eso puede contaminar microbiológicamente el producto y afectar a la estabilidad de la formulación.
Cuando juntas unos químicos con otros, nunca sabes el grado de peligro que hay en la mezcla resultante. Los ingredientes sumados pueden generar otros desconocidos, que pueden no ser de garantía a nivel de salud.
Aquí tienes dos riesgos fundamentales. El primero, que pierdes el envase original donde está la información de valor. El segundo, que el nuevo envase puede contaminar el producto.
¿Cuántas veces nos lavamos la cara y las manos con jabón de dispensador? Muchas. Pues esta práctica tiene el mismo riesgo que el trasvase, y puede empeorar si no se cambia o se lava el dispensador en un largo periodo de tiempo.
Dejar el producto abierto, exponerlo al sol, ensuciarlo… Esto es como la higiene personal propia, si no se cuida, estamos más expuestos a virus y enfermedades. Lo mismo le puede ocurrir a nuestros cosméticos, ¡no los descuides!
Compartir es vivir… o no. ¿Alguna vez te ha salido un herpes o has tenido conjuntivitis sin razón aparente? Pues quizá sí la había y no lo sabías. Quizá habías compartido lápices de ojos o barras de labios, que al pasar de una persona a otra, se llevan consigo las mucosas y fluidos orgánicos.
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En el caso de productos donde el envase permite el contacto directo con las manos, como los tarros, se incrementa el riesgo de contaminación bacteriana si tienes las manos sucias. Ya sabes, ¡mantenlas limpias!
Para recopilar toda la información mencionada anteriormente, el Ministerio de Sanidad nos ofrece esta infografía con un decálogo de medidas claras y sencillas para evitar todos los peligros del mal uso de cosméticos.
¿Ya tienes todo apuntado? ¡Pues ahora ponlo en práctica! Porque si para estar más guapos hay que poner en riesgo la salud… no habrá valido la pena.
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