Pues vamos a darte la receta para que hagas el mejor salmorejo, sin pan, sin gluten, apto para celiacos y con menos calorías.
Y no tengas ningún miedo, porque quedará fantástico: de sabor, textura y aspecto ¡Nadie notará la diferencia!
Hay dos cambios en los ingredientes que marcan la elaboración: la utilización de tomates muy carnosos y con poca agua e integrar un huevo duro a la receta. Y todo tiene una explicación.
El tomate carnoso pierde toda su agua con lo cual mantiene la esencia de su sabor eliminando líquido de la mezcla. El huevo sirve como espesante y no será un sabor extraño, ya que normalmente utilizamos huevo duro picado como guarnición final en la elaboración.
Para 4 personas
Tomate en rama o pera
1kg de tomates
Diente de ajo pequeño
1 o 2, dependiendo de si quieres más o menos potencia
Huevo cocido y pelado
Vinagre de Jerez (opcional)
10 ml
Sal
Aceite de oliva virgen extra
80 ml
1ºLavamos y secamos bien los tomates. Los cortamos y les echamos sal. Los dejamos sobre un colador para que suelten todo el agua…. 15 minutos es suficiente
2ºBatimos el tomate junto al ajo, el vinagre (en caso de usarlo) y un huevo cocido. El otro lo reservamos para la guarnición.
3ºAñadimos el aceite de oliva virgen extra, poco a poco, y trituramos mientras a máxima potencia durante tres o cuatro minutos. Con ello conseguimos emulsionar la elaboración.
4ºDejamos que espese en la nevera durante mínimo dos horas -si es más, mejor-.
5ºServimos acompañado de huevo picado y jamón en taquitos