En su última reflexión, la artista manchega abre su alma de par en par para darnos a conocer sus miedos, contradicciones y complejos, cada vez más controlados.
Un texto maravilloso que desde Cadena Dial aplaudimos, porque necesitamos este tipo de contenido.
Necesitamos a cien mil Rozalén visibilizando la fragilidad del personaje público. Del ser humano detrás de la fama y el éxito.
Gracias, María. Te queremos.
Ver este nivel de sinceridad en alguien famoso no es lo habitual, pero nos encanta y lo admiramos profundamente. Es más, se merece un abrazo verbal desde la distancia.
Querida Rozalén, sabemos que estar tan expuesta no debe ser fácil de gestionar, pero aquí lo importante son las sonrisas y lágrimas que provocas con tu arte.
Los bailes frente al espejo, los recuerdos en conciertos… Generar tanto y tan bonito, no tiene precio. Sé que lo sabes y que pronto, te reirás de esto entre El Árbol y El Bosque, con todo nuestro cariño incondicional.
¡No perdamos nunca la esperanza!