Popularizado en la etapa de «Supernanny«, esta técnica servía de gran ayuda en grupo para que los más pequeños, alejados del entretenimiento de una actividad, sepan cuándo están haciendo algo mal.
Una especie de castigo que siempre debe venir acompañado de refuerzos como «Qué bien estás ahora» o «Cómo me gusta cuando estás tranquilo» cuando se acababa ese tiempo de descanso.
Sobre este método hay que tener varias cosas en cuenta. Darnos cuenta de que no servirá para que el niño piense, que deberá durar no más de un minuto por año y que no servirá si lo ponemos en práctica en casa.
Dejemos esta técnica para actividades en grupo y para clases de colegio, porque en nuestros hogares lo único que ayudaremos a potenciar es el «refuerzo del escondite«, todo un enemigo a la hora de educar a nuestros hijos.
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