Si tu peque tiene entre tres y cinco años, Rocío Ramos-Paul considera que lo mejor es «bajar el nivel de exigencia académico«. Con una edad algo más avanzada, donde las tareas escolares serán inevitables, conviene que modifiquemos nuestra rutina y las ajustemos a ellos.
Por ejemplo, evita una jornada de estudio de tres horas; establece pequeñas pausas cada media hora. También puedes proponerle hacer la actividad que más le guste cuando haya hecho la tarea: Preparar su postre favorito, salir a montar en bici… Las opciones son infinitas.