Han pasado muchos días y la irritabilidad ha crecido inevitablemente, tanto en nuestros hijos como en nosotros mismos. Por ello, los consejos de Rocío Ramos-Paul serán más necesarios que nunca.
Resulta muy interesante saber que podemos tomar medidas antes, durante y después de ese cabreo. Sobre el primero, será fundamental «adelantarse al estado de ánimo» de los más pequeños.
«No le exijas ni le pidas nada cuando tenga hambre o esté cansado», comenta Rocío Ramos-Paul, explicando que en esos momentos será más conveniente hacer «oídos sordos» y ser mucho más flexible.
«Están siendo muy valientes»
Si ya tiene la rabieta, espera a que baje la intensidad unos cuantos segundos antes de pedirle que haga cualquier tarea. Y, sobre todo, limita tu atención solo a lo que dure. Es decir, hazle entender que no responderás a ese comportamiento mientras dure la rutina.
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Una vez se calme, es el momento de mostrarle todo el cariño posible porque, si de algo estamos todos de acuerdo, es que están siendo un ejemplo de comportamiento pese a las dificultades: «Están siendo tan valientes».