Rocío Ramos-Paul atiende la consulta que ha llegado a atrevete@cadenadial.com procedente de Carolina, atrevida que tiene dudas sobre la «obsesión» de su hija con los dibujos animados.
«Si le da por Frozen, se tira toda la semana disfrazada y hay que llamarla así», resalta esta madre que elogia la gran imaginación que tiene su pequeña, a quien le da por unos dibujos distintos cada cierto tiempo, y se pregunta si debe «pararle los pies» por si no es lo común.
Carolina se sorprenderá con la respuesta tajante de Rocío Ramos-Paul, siendo totalmente contraria a frenar ese «pensamiento mágico» que va desapareciendo con los años. «Hay que animar esa imaginación y dejarla que juegue», opina nuestra especialista.
Hay, además, dos aspectos claves en esta consulta. En primer lugar, la atrevida debe tener claro que su hija, aunque sea muy pequeña, ya es consciente de que no es ese personaje de dibujos animados. Y en segunda lugar, hace algo maravilloso que es cambiar de personajes, lo que descarta cualquier posibilidad de obsesión o «pensamiento rígido».
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