Tus hijos insistirán incluso después de habérselo explicado, porque tal y como señala nuestra compañera, «que te hayan escuchado no significa que lo hayan asimilado». Por esa razón, conviene explicarles dos aspectos fundamentales; los abuelos ni están enfadados ni están enfermos.
Los más pequeños relacionarán estos dos problemas con no verles, pero para corregirlo siempre podremos acudir a los propios abuelos y abuelas que se lo aclararán, vía telefónica, a sus nietos.
Otra cosa que podemos hacer es organizar siempre el «rato de los abuelos«, donde ellos mismos -en la medida que puedan-, hagáis lo mismo que hacían con vuestros hijos antes de la cuarentena.