El adolescente siempre sube oliendo a marihuana, «aunque esté fuera cinco minutos». Sus excusas ya no valen y la principal pregunta que se hace ahora la atrevida es: ¿Se trata de un consumo lúdico o de una adicción?
Ante este caso, nuestro compañero señala que todo apunta a la segunda opción. Sabiendo que una adicción es la «necesidad de consumir«, a esas edades suelen «coquetear» con este tipo de drogas, aunque la frecuencia con la que aparece con ese olor nos pone en lo peor.