La confesión generó sorpresa en sus seguidores no tanto por el contenido de la declaración como porque el artista llevara a cabo un anuncio sobre su vida personal, que durante tantos años ha mantenido protegida de los más curiosos.
El malagueño siempre ha protegido tanto su intimidad como la de su familia, aunque en los últimos años ha incorporado a su equipo a una persona muy especial con quien creció: su hermano Salvador Moreno, a quien le debe su primer contacto con la música y que a día de hoy es el creador de gran parte del trabajo audiovisual de sus conciertos.
En alguna ocasión Pablo Alborán ha mencionado que la primera guitarra que tuvo era de su hermano mayor. «Se la robé a él«, explicaba en una entrevista para Uforia Music, asegurando que aprendió a tocar de oír a Salvador. «Un día me pilló, me empezó a escuchar y me dijo: ‘oye, no estaría mal que dieras clases porque se ve que te gusta«, añadía este, que terminó haciéndose con la guitarra.
En ese primer contacto con la música Pablo Alborán comenzaba a tener claro su destino. Un destino que a la larga terminaría uniendo a los hermanos de nuevo. Salvador estudió arquitectura y bellas artes, para terminar dirigiendo la parte artística de una agencia de marketing y comunicación en Marruecos, donde se instaló durante varios años.
La vida volvería a unirle a la música y a su hermano en su regreso a España, pues aquí montaría BAMStudio, su propio estudio de diseño gráfico y multimedia del que Pablo Alborán se ha servido para sus últimas giras, actuaciones (como la de los últimos Premios Goya), portadas de discos, sencillos, videoclips o la campaña en redes sociales de los nuevos lanzamientos.
En un encuentro con Fluge para hablar de su trabajo en el Tour Prometo, Salvador Moreno confesaba que tiene una «comunicación muy fluida» con su hermano, pero que este no deja de ser su cliente. «Es un cliente al que puedo llamar a todas horas y que siempre me va a decir la verdad«, expresaba.