El atrevido Raúl tiene intención de instalar una cámara de vigilancia ante cualquier posible robo, aunque ahora se plantea la posibilidad de utilizarla también para controlar a sus hijos de 16 y 18 años. «El pequeño es un poco pieza», justificaba.
Él y su mujer saben, mejor que nadie, si pueden confiar en ellos. Lo que sí es importante, tal y como señala Pedro, es que lo traten con total «naturalidad«. Ya sea por una cuestión legal sobre protección de datos, conviene avisarles de las cámaras, por lo que estarán viendo todo lo que puedan hacer durante esos días.