El lavavajillas es, posiblemente, el electrodoméstico que más hace por ti. Dejar los platos como los chorros del oro es la tarea doméstica que más odias, con permiso de la plancha, eso sí. Te evita la mar de marrones diarios y, aun así, no le tratas como merece. Mientras la nevera es tu ojito derecho (colocas los huevos en su sitio y la fruta y la verdura en su habitáculo correspondiente), el lavaplatos no recibe tantos miramientos.
¿No crees que es hora de tratarlo como es debido? Piensa que, además, es por el bien de tu bolsillo. ¿O es que quieres volver a la tienda en unos meses para comprar otro? Como vemos que no tienes mucho tacto con el menaje de tu cocina, vamos a echarte una mano. Tan solo tienes que mantener alejados estos objetos de tu electrodoméstico preferido. ¡Larga vida al lavaplatos!
Fuera la madera y el papel
1. Sartenes antiadherentes
La capa de teflón con la que están cubiertas irá desapareciendo con las sesiones. Poco podrás presumir después de tus lecciones de cocina de vanguardia.
2. Utensilios de madera
El agua caliente no es la mejor compañera de ese cucharón con el que remueves la pasta. Tampoco, de la tabla en la que cortas la cebolla y troceas el pollo. Acabarán rompiéndose. Lo mejor es lavarlos al momento, con agua fría.
3. Comederos de mascotas
Tu perro es adorable y se merece todos los achuchones y besos que le regalas. Ahora bien, mezclar los gérmenes incrustados en su plato con la vajilla en la comes cada día no es recomendable. Recuerda cómo se saludan los canes y cada cosa que olisquea tu pequeño peludo cuando lo paseas.
4. Frascos con etiquetas de papel
Incluso aunque estén adheridas con más fuerza que una garrapata a tu mencionada mascota, acabarán deshaciéndose. ¿La consecuencia? Un lavavajillas atascado.
5. Táperes
El proceso de secado o el simple calor del agua pueden modificar la estructura de tu fiambrera, o incluso derretirla en alguna esquina. ¡A ver dónde llevas ahora la tortilla de tu madre para zampártela en el trabajo!
6. Las tapas de las ollas a presión
Existe peligro por partida doble. Por un lado, las gomas pierden efectividad. Por el otro, si empleas detergente en polvo, puede incrustarse en ellas y afectar al cocido que prepares mañana. Tú verás…
La decoración peligrosa y tus brindis con champán
7. Copas de cristal
Sí, esas que sacas solo en los momentos especiales. Son delicadas y en el meneo del lavado podrían chocar con otras piezas, convirtiéndose en pedazos inservibles.
8. Vajilla de plástico con dibujos
¿Acabas de celebrar el cumpleaños de tu pequeño con esos platitos de colores con sus dibujos animados preferidos? ¡Pues a lavar a mano! Arremángate ¡y al lío! De lo contrario, ese gatito podría acabar sin bigotes.
9. Porcelana china con decoración metálica o hecha a mano
Al igual que ocurre con tus mejores copas de cristal, estas piezas podrían chocar con otras. Si, además, sus adornos son artesanales, podrían desdibujarse. ¿Quieres quedarte sin la vajilla de la abuela?
10. Platos y cubiertos con restos de comida
¿No quieres gastar agua extra? El mejor truco es emplear un trozo de papel y adecentar el plato antes de meterlo en el lavavajillas. Si no lo haces y, además, sigues introduciendo los tarros con etiquetas, tienes todas las papeletas para obtener un lavavajillas obstruido.
Si mantienes estos elementos alejados de tu lavavajillas, conservarás en perfecto estado tanto tu menaje como tu electrodoméstico. Aquello de «más vale prevenir que curar» también es aplicable a la cocina.
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