La infidelidad es algo intrínseco de las relaciones sentimentales. La monogamia, realmente, es un invento de las sociedades occidentales subyugadas por la religión. Con el tiempo y dentro del marco de las sociedades patriarcales creadas, era el hombre el que tenía tendencia a engañar a su cónyuges. Ahora las mujeres ellas también se han subido al carro.
Una infidelidad puede pesar mucho en una relación de pareja, sin embargo, si estás pasando por una situación de este tipo, intenta tomarte un tiempo para adoptar tu decisión, escuchando no solo tus emociones, sino también tu razón. Perdonar una infidelidad es posible.
Eso no significa que todo el mundo deba hacerlo, ni que sea el único camino posible después de la herida. Pero antes de perdonar un hecho de este tipo, valora los pros y los contras de esta elección personal más allá de la edad que tengas en ese momento.
1. Si tú quieres a esa persona y esa persona te quiere a ti del mismo modo, el perdón es la oportunidad de seguir escribiendo juntos un nuevo capítulo de esta historia de amor dejando atrás el pasado de forma adulta.
2. Puedes aprender de lo ocurrido. En ocasiones, el amor te pone lecciones de aprendizaje en el camino a partir de vivencias poco agradables. Después de una infidelidad, puedes aprender aspectos muy importantes, por ejemplo, cómo mejorar la comunicación de pareja o cómo cuidar los detalles del día a día.
3. Tienes la posibilidad de hacer autocrítica, puesto que en ocasiones, la infidelidad no es más que la consecuencia de un periodo de distanciamiento en la pareja. Es decir, es el síntoma definitivo de que algo no iba bien entre los dos. Sin embargo, es posible reconducir la situación por medio de una terapia de pareja, por ejemplo.
4. Puedes definir nuevas normas en la relación y expresar tus propios límites. Es decir, al perdonar una infidelidad tienes la oportunidad de sentar las bases del nuevo amor sobre la base de la relación previa. En esta etapa tienes la oportunidad de corregir errores y reforzar las virtudes. Por tanto, puedes llegar a ser tu mejor versión, el protagonista del cuento de hadas de tu vida donde el final feliz es posible después de una infidelidad. ¡El orden de los factores no altera el producto en el amor!
Por tanto, se trata de no tirar por la borda todo lo vivido en común por una cuestión de orgullo si, realmente, lo ocurrido no ha sido tan importante como para apagar la fuerza de esta historia.
1. Lo ocurrido quedará en el recuerdo como una sombra que puede brotar en la memoria en momentos de crisis e inseguridad. Una cosa es perdonar y otra olvidar. Es decir, el hecho de la infidelidad no se limita al momento en el que se produce, sino que deja huella en la confianza.
2. Vivir el sufrimiento. No perdonar una infidelidad te pone en la situación de vivir el proceso de duelo por la ruptura de pareja. Sin embargo, perdonar lo ocurrido también duele porque tienes que hacer un gran sobreesfuerzo para dejar atrás los sentimientos negativos de ira, resentimiento, frustración y rencor.
3. Algunas personas importantes para ti no comprenderán tu decisión. Y esto puede hacerte dudar de tu elección al incrementar la sensación de soledad en esta etapa de crisis. Sin embargo, recuerda que más allá de los consejos externos, la decisión es tuya porque se trata de tu vida.
4. El proceso de recuperación de la confianza puede ser lento. Por tanto, el perdón te obliga a gestionar con inteligencia emocional el estrés de la incertidumbre, al no saber cómo va a evolucionar todo en el futuro.
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