Te contamos unos cuantos buenos propósitos muy sencillos de cumplir y cuyos beneficios notarás a muy corto plazo.
Comienza por dejar el ascensor a un lado y empezar a subir escaleras, tonificarás músculos y quemarás grasa.
Permanece menos tiempo sentada, procura cambiar de postura y hacer estiramientos cada cierto tiempo, así evitarás la retención de líquidos y mejorarás tu circulación.
Dar paseos al aire libre oxigenará y activará tu organismo. Marca una hora para dar un paseo diario y no busques excusas para no hacerlo, tu objetivo ha de ser 10.000 pasos al día.
En cuanto a tu alimentación comienza el día con un desayuno rico y saludable, este debe incluir fruta, lácteos y cereales.
Bebe más agua, mejor agua e infusiones que refrescos y bebidas azucaradas, que sólo aportan calorías y gas. El agua elimina toxinas y favorece la asimilación de los nutrientes, evita el estreñimiento y las migrañas y mejora el sistema inmunológico entre otros beneficios.
Incluye en tu dieta cítricos como tomates, fresas, kiwis pimientos y brócoli que te aportarán un extra de vitamina C, un antioxidante que protege huesos y piel y mejora la absorción del hierro.
Y para el bienestar mental y emocional…
Procura dormir ocho horas. El sueño recupera el cuerpo además de disminuir el estrés, ayudar al control del peso y mejorar el estado físico y psíquico.
Si a pesar de dormir bien te sientes estresado prueba el mindfulness, reducirás la ansiedad, aprenderás a gestionar las emociones y te dará serenidad.
Busca tus momentos de tranquilidad en la lectura, está comprobado que es muy beneficioso a nivel cognitivo leer unos minutos al día, además de favorecer el descanso y mejorar el estrés.