La primera es Nuri, amiga de la atrevida Cristina. Ella come siempre en casa de sus padres para no gastar, en su casa nunca pone la calefacción y, en un viaje a Irlanda, se lo pasó entero tomando galletas y leche para ahorrar. «Es una tacaña nivel Dios».
Puestos a elegir, mejor quedarse con Nuri a lidiar con el amigo de Carmen, que no paraba de ver muertos. Siempre se mostraba ausente y cuando se quedaba mirando fijamente a alguien, era porque veía «tres o cuatro muertos alrededor». Carmen prefirió no quedarse nunca a solas con él.
En la búsqueda de esos amigos peculiares, Hortensia ha confesado que se trata de su marido; una persona hipocondríaca con todo lo que le sucede. Aunque en grupo suele ser divertido por la reacción de los demás, en la convivencia reconoce que se hace algo insoportable.