Ni conocemos la receta de la felicidad ni la cantidad que lleva de cada ingrediente. Eso sí, lo que parece evidente es que la lista incorpora un perro. Los peludos te adoran con todos tus defectos, son capaces de detectar tus emociones, y dormir con ellos o llevártelos al trabajo tiene más beneficios que el zumo de naranja natural. Por no hablar de las sonrisas que te roban a diario.
¿Qué estás acumulando lágrimas en tus mofletes tras reñir con tu pareja? Inmediatamente después emitirás una carcajada al ver a tu fiel amigo destrozar la lencería que tu amor te regaló en vuestro aniversario. Otra de sus manías con las que te partes es sacar la cabeza por la ventanilla del coche. Parece disfrutar tanto como tú en las rebajas. Pero ¿por qué lo hace?
¿Por aburrimiento? ¿Por que se muere de calor?
Hasta ahora pensabas que tu mascota se cocía dentro del vehículo. «No hay más que ver esa carita de alivio cuando el viento choca con su hocico», te dices. «Además, no deja de sacar la lengua a paseo, con lo que estará sediento». Este es tu segundo pensamiento cada vez que contemplas, entre risas, cómo sus graciosas orejas se bambolean mientras os deslizáis por el asfalto.
Cuestión de olfato
Sí, puede que tenga calor. También puede que verse obligado a permanecer ahí dentro durante unas horas no sea el plan más excitante, pero tu can no asoma su cabeza por la ventanilla por nerviosismo o por aburrimiento. Lo hace por una cuestión de olfato.
Los perros tienen tan desarrollado este sentido que si el tuyo fuera un superhéroe, su superpoder estaría localizado en su nariz. De hecho, mientras las personas poseemos unos cinco millones de receptores en nuestro sistema, ellos cuentan con 225 millones. ¿Cómo te quedas? Desde luego no solo nos superan en bondad.
Cientos de aromas
Si ya te parece un espectáculo contemplar esa preciosura de paisaje a una velocidad vertiginosa, imagínate, además, poder captar todos esos aromas de la tierra, las flores, los árboles, el río, el aire… ¡en un mismo segundo! En estos momentos estás envidiando a tu pequeño de cuatro patas, ¿no es cierto?
La película preferida de tu perro
Su percepción resulta tan nítida que su disfrute podría ser directamente proporcional a ver el inicio de gira de tu cantante preferido en primera fila. ¡Y alcanzar una de esas púas que lanza! A través de su hocico, tu can está presenciando su película preferida. Y es que, no solo huele todo lo que le rodea. Esta circunstancia también supone un placer para su vista.
Espectáculo visual
Y no porque, como a ti, ese manto verde te parezca una maravilla. Tampoco porque tu mascota se haya aficionado al espionaje y quiera pillar al conductor contiguo metiéndose el dedo en la nariz. Debes saber que percibir que las cosas se mueven de manera brusca, impetuosa o irrefrenable estimula su sistema nervioso. Más, cuando los canes on capaces de determinar un movimiento hasta unos cien metros.
No asumas riesgos con tu perro
Esta situación, además, les permite distraerse, pues no es algo que experimenten de manera rutinaria. Eso sí, es necesario ser consciente de que pese a ser una vivencia divertida para él, entraña unos peligros. La situación es de riesgo tanto si conduces por la ciudad como si lo haces por carretera. No olvides que podría lanzarse en busca de algo, si no lo tienes amarrado, o podría resultar dañado por otro vehículo.
Como acabas de comprobar, nuestras mascotas no son solo más humanos que nosotros. También son capaces de disfrutar con las cosas más simples de la vida. Cuánto tenemos que aprender de ellos…
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