Si el plan del Gobierno sale bien y la desescalada se lleva a cabo de forma controlada y efectiva, la nueva normalidad llegaría con el inicio del verano. Esto hace que se nos planteen dudas que ni por asomo pensábamos que íbamos a tener hace unos meses. ¿Podré ir a una piscina municipal/comunitaria con la llegada del buen tiempo? ¿No serán estas un foco de infección?
Aunque en las fases propuestas por el Gobierno no aparecen mencionadas la apertura de estos espacios públicos o comunes, el sector (formado por empresas, federaciones, asociaciones y ayuntamientos) se ha encargado, tal y como ha informado La Razón, de dar un paso adelante y elaborar una serie de normas y medidas a adoptar, de manera que este verano puedan disfrutarse de estos espacios comunes.
Más de 200 entidades se han encargado de redactar un documento que han hecho llegar al Ministerio de Sanidad y cuyo objetivo es que se tome una decisión respecto a este asunto que sea favorable y segura para todos.
Por eso, como en cada lugar que requiera la concentración de varias personas en un mismo entorno, en las piscinas se intensificarán las medidas de higiene. Esto es, se controlará de forma más exhaustiva la obligatoria ducha antes de entrar a la piscina o el uso de chanclas en la zona del baño, así como se recomendará el uso de gafas de agua para el buceo.
Además, se plantea la posibilidad de controlar la temperatura de los usuarios a través de cámaras térmicas o termómetros láser, pero también la reducción del aforo del recinto hasta en un 75%, ya que habrá que respetar la distancia de seguridad, tanto dentro de la piscina como en zona de los vestuarios.
Reducir el número de usuarios es lo que facilitará el control y el cumplimiento de las medidas sanitarias. Para ello, también se utilizarían los carriles de nado para acotar el perímetro de los bañistas y así asegurar la distancia entre estos.
Tratábamos el asunto hace unos días, y es que a muchos les preocupa que el agua sea un elemento de transmisión del Covid-19. Según la OMS, el agua tratada no supone un peligro, pues su alta concentración de cloro hace que sea inviable la supervivencia de los virus y las bacterias, incluido la del propio coronavirus.
De este modo, manteniendo un correcto tratamiento del agua y una limpieza exhaustiva de las zonas comunes, las piscinas pueden ser este verano una realidad. Después de tantas semanas confinados, ¿quién no querrá disfrutar de un buen chapuzón?
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