Primera regla, la más importante, sobre todo para preservar tu salud. Escoger platos que no se echen a perder por efecto del calor. Es decir, descartamos mayonesas, tomates, salsas varias… etc, El riesgo de intoxicación es tremendo y la temida salmonelosis a la vuelta de la esquina.
La segunda regla es hacerte con una nevera portátil y meter todos los alimentos que llevemos al mar en ella. Es más seguro, higiénico y saludable.
La solución no reside en pedir que te lleven una pizza a la orilla del mar. Tampoco, en encargar un pollo asado en el bar de la esquina o en ayunar hasta que regreses a casa. Si quieres ingerir platos sabrosos, saludables y rápidos de preparar, apunta estas diez propuestas que tenemos para ti.
Trocea una barra de pan y unta las láminas con queso a las finas hierbas. Tapa cada una con una porción de salmón y unas gulas. Un poco de de alioli será la traca final.
Tan sencillo como envolver una amalgama de las verduras que se te antojen en las típicas tortillas que compras en el supermercado. Eso sí, no olvides las especias y el aliño.
Mientras preparas la bolsa con tu toalla y con tu bronceador se cocerá la quinua. Después, solo tendrás que trocear aguacate y palitos de cangrejo. Abre una lata de maíz dulce y mézclalo todo.
Sustituye el pan por rodajas de manzana. Prepara un relleno con queso, frutos secos y canónigos. Este plato está riquísimo. Tardas lo mismo en hacerlo que en pestañear.
Parte las patatas pequeñas en dos y coloca un pedazo de jamón serrano encima de cada trozo. Culmina tu obra con un chorro de aceite, una pizca de orégano ¡y al horno! En veinte minutos tendrás tu manjar.
Pollo, queso, verduras, frutos secos… Acompaña la pasta con lo que se te antoje. Ésta y freír un huevo son tus especialidades, ¿verdad? Así que sin problema.
¿Hace cuánto que no los comes? Pues ya estás tardando en rebozar la carne picada y echarla a la sartén.
Te basta con el cocido de ayer. ¡A triturar se ha dicho! Añade pimentón, ajo y aceite de oliva. Observa la textura.
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Bates huevos a la velocidad de la luz, con lo que, a este ritmo, puedes hacer tortillas para todos los bañistas. Puedes añadirle otros ingredientes. ¡Busca en tu nevera!
Tuesta el pan de molde y córtalo en círculos. Derrama sobre ellos una mezcla de leche, huevo, perejil, sal y daditos de jamón y de queso. Doce minutos en el horno ¡y danzando a la playa!
Un batido de plátano (con su nata montada y su pizca de canela, por supuesto) es ideal para rematar tu festín culinario frente al mar. Igual de fácil de preparar que un zumo de sandía bien fresquito. Puedes elegir cualquier fruta, aunque suponemos que si vas con tu madre, evitarás triturar las naranjas para que no te recuerde aquello de: «bébete rápido el zumo que se van las vitaminas».
En definitiva, la comida es uno de los placeres de la vida. Si, además, la disfrutas en la playa, la satisfacción se multiplica. Más aún si se trata de alguna de estas diez sabrosas recetas. ¿Te apetece darte un baño?