Como siempre se suele hacer, empezamos con la parte negativa y luego concluímos con las historias con final feliz. En este sentido, Pepa dejó muy claro en qué bando se encontraba: «Prefiero que me echéis lejía en las heridas y que me coman los buitres, antes de volver a casarme«.
Otra historia que nos ha encogido el corazón es el de Menchu, desde Barakaldo. «No repetiría el matrimonio, pero el amor sí», reconoce justo antes de revelar las «mariposas» que sigue sintiendo cuando ve a su expareja.
No todo iban a ser historias con final triste. De hecho, ha habido una proporción similar de relatos de atrevidos que se casarían «una y mil veces». Es el caso de Rosa, que contrajo matrimonio con 23 años y que lo tuvo claro desde el «primer momento« en él que lo conoció.