Al accionar la cadena se expulsan partículas en forma de aerosol al aire. Entre el 40 y el 60% de estas partículas pueden alcanzar una altura superior a un metro y diseminadas en el aire pueden flotar hasta un minuto después.
Una persona contagiada por COVID-19 puede evitar que esta nube de partículas se mantenga en el aire con el simple gesto de tirar de la cadena.
Si eres una persona pulcra, o sencillamente te preocupas por tu salud, quizá deberías saber que los inodoros públicos son una interminable fuente de bacterias que podría llegar a convertirse en un problema para tu salud.
Aprende a usar el inodoro correctamente
En Suiza han tenido que dar lecciones, en forma de señales gráficas, a los turistas para que aprendieran a usar un inodoro. Una de las costumbres más arraigadas es la que consiste en usar papel higiénico para forrar el asiento del inodoro y sentarte a hacer tus necesidades. Pues bien, estas son las consecuencias de semejante actitud:
– Conseguirás contraer una infección de forma más rápida que si no lo pones. El plástico de los asientos de los inodoros evita que las bacterias puedan acumularse, el papel es, sin embargo, una superficie perfecta para que proliferen. ¿Por qué? Muy sencillo, porque un alto porcentaje de personas no baja la tapa al tirar de la cisterna lo que supone una explosión de bacterias que termina en el papel higiénico. Es decir, lo que crees que te evitará una infección es, justamente, lo que te la provocará.
– Tu piel es suficiente. Si hay alguna bacteria no debes temer por tu salud. Tu piel tiene una capa lo suficientemente gruesa como para evitar una infección. Aparte, está tu sistema inmune que no tardará en hacer su trabajo con celeridad en caso de infección bacteriana.
¿Qué debes hacer con el papel higiénico?
Si la tapa está húmeda y sucia quizá puedas escoger otro baño. En caso de no disponer de esta opción, usa tus propios pañuelos de papel para secar bien la tapa y sentarte. Recuerda también limpiarte con ellos y, lo más importante, no te laves las manos y te las seques en el clásico secador para evitar contagios.
Este es otro de los puntos que más bacterias acumulan por una sencilla razón. Todos los que usan el baño se lavan las manos y las mismas no quedan totalmente limpias de bacterias. El aire las expande por todo el baño y, más concretamente, sobre la propia superficie del secador. De hecho, el pulsador de estos aparatos acumula millones de bacterias. Y si es automático peor ya que los dedos suelen tocar el sensor y estarás recibiendo un magnífico aire caliente lleno de bacterias de otra persona.
La táctica del águila– sentarse como tal sobre la tapa del inodoro- puede ser útil en algunos baños de festivales de música, gasolineras y antros similares, pero no es una solución práctica. Además, ten en cuenta que en los baños portátiles resulta indispensable llevar tu propio kit de limpieza para evitar las consecuencias arriba indicadas.
Si estás pensando que todo lo anterior quizá sea fruto de la exageración y que no es para tanto, podrías llegar a sorprenderte con el siguiente dato. Podrías contraer infecciones urinarias, aumentar tu nivel de bacteria E.coli, la gripe, el resfriado común e incluso alguna que otra infección urinaria que te afectase durante algunas semanas.
De ti depende convertir el ir al baño en una ruleta rusa o en un acto mucho más natural y llevadero. Nuestros consejos son los que ofrecen varios médicos especializados en infecciones, por lo que su efectividad está científicamente probada. Unos simples pañuelos de papel pueden protegerte de forma muy efectiva y ayudarte a dejar de sentirte como un explorador a la hora de buscar el tesoro del váter limpio. Cuida tu salud y no olvides que la mejor cura siempre es la prevención.
