Bajo la promesa de llevarle a Brasil a bailar samba, ambos van a ponerse a describir cada característica de sus novios españoles: A uno apenas le crece el pelo, el de Paolo «parece un bosque«; y ambos bien fuertes para cogerles en brazos.
En cuestión de minutos, cogen tal grado de confianza que empiezan a hablar de lo verdaderamente importante: las relaciones íntimas. Y ahí parece que el trabajo le está afectando a nuestra pobre oyente…