Excusándose con su bajo nivel de español, el bailarín brasileño va a desquiciar a unos cuantos oyentes. A la primera de ellas, después de comentarle las «espaldas maravillosas» de su amante español: «No tengo ganas de cotilleo«, respondía la atrevida.
Algo menos sutil ha sido el segundo hombre que ha aparecido en la bromita. No siendo ni Pedro ni Pablo, no va a tardar en mandarle bien lejos por culpa de la insistencia de nuestro compañero.