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El compañero inseparable de Isidro Montalvo quiere dar la noticia desde Brasil, dándose de morros con una atrevida que no quiere saber nada del asunto. «Pues Paco no está aquí», zanjaba en referencia al amante del brasileño.
Con la segunda oyente, va a conseguir llegar a un punto de unión de la mano de Lucio y su restaurante. A esta mujer le va a importar de poco todo lo que le dice Paolo, pasándole el marrón al pobre dueño de este restaurante que «está a tomar café».