Los aviones y todo lo que rodea a estos no son lo suyo. Pablo Alborán visitaba El hormiguero la noche del lunes para presentar el lanzamiento de su disco, Vértigo, el próximo 11 de diciembre. En su visita volvió a explicar el sentido que tiene el título de su disco, y es que es una manera de hacer frente a uno de sus mayores miedos: volar.
Por su trabajo el artista malagueño tiene que viajar en avión de manera frecuente, pero en este medio de transporte y en los aeropuertos ha vivido situaciones que no hacen más que fomentar el rechazo que siente hacia esta forma de viajar.
Sin ir más lejos, Pablo Alborán recordaba una de las anécdotas que vivió en el aeropuerto de Miami, a donde llegó para acudir a un programa de televisión. «Cuando llego al aeropuerto después de dos semanas haciendo cuarentena encerrado en una habitación de un hotel, pensé que era aterrizar en la ciudad y ya está, pero me dicen que me detienen, que no me dejan entrar en Miami«, narraba el artista.
El malagueño no entendía nada y por un momento llegó a pensar que se trataba de medidas de refuerzo por tema del coronavirus, por lo que aseguró que se había realizado la prueba PCR y había dado negativo. Pero no, era algo muy diferente. A través de un escáner con reconocimiento facial detectaron que la cara de Pablo Alborán coincidía con dos falsificaciones de permisos de conducir americanos.
«Le dije: ‘Mira, es que yo vengo a un programa que se va a hacer en Miami, llevo dos semanas de cuarentena. En serio, tú sabes que esto no es verdad, míralo’. Y él me dijo: ‘Ya sé que no es verdad pero tienes que hablar con los abogados’«, añadía. El artista se armó de paciencia para lidiar con el malentendido y, tras varias llamadas, pudo entrar al Estado de Miami y realizar la visita que tenía prevista al programa.
Por si fuera poco, el aeropuerto no es el único lugar en el que Pablo Alborán ha pasado un mal rato. También ha vivido alguna experiencia realmente angustiosa. Se encontraba con su madre en un vuelo en el que el avión se movía mucho cuando atravesaron una zona de muchas turbulencias. La reacción de su madre fue mirar a Pablo Alborán y decirle: «Si nos tenemos que morir, nos morimos juntos». Unas palabras que, lejos de tranquilizar al artista, le pusieron aún más nervioso. «¡No mamá!«, le contestó este.
El artista logra hacer frente a ese vértigo cada día y ha querido que de nombre a su nuevo disco porque, al fin y al cabo, sentir vértigo es sinónimo de estar vivo.
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