El artista tomaba así la decisión más fácil que seguramente haya tomado nunca, la de ser fiel a sí mismo y normalizar una situación que nadie ya debería mirar con el ceño fruncido.
Tres meses después de este anuncio en redes sociales, el artista habla sobre ello en el nuevo número de la revista GQ, y confiesa qué le llevó a dar el paso de comunicarlo.
«Quería darle normalidad porque siempre se la he dado«, expresaba el malagueño. La situación que vivía el país por la crisis sanitaria y la pandemia puso patas arriba emocionalmente a toda la población, entre la que se incluye Pablo Alborán.
«Un fin de semana tuve que subir a Madrid por trabajo, vi como estaba la ciudad, vi mi casa vacía… lo que todo el mundo ha vivido en algún momento estos últimos meses, ese sentimiento apocalíptico de que todo se va al garete«, se confesaba.
Fue esta sensación la que le activó algo dentro. No fue «una estrategia de marketing», tampoco tuvo un ‘coach’ que le ayudó a llevarlo a cabo. «Han dicho de todo: que si había una amenaza, que si había una pillada… pero de verdad ¡es que no hay nada«, añadía el intérprete de Tabú.
Ese viaje a Madrid le hizo pensar y llegar a una conclusión: «yo quiero construir también«. A pesar de haber tenido sus relaciones protegidas por la más absoluta privacidad (como quiere continuar haciendo) no quiere «que si el día de mañana tengo hijos, o me caso, o lo que sea, la sensación sea la de una ‘pillada’«.